Cuando ese me gustas viene de la mano de la persona equivocada.
Al día siguiente en cuanto puso un pie en la puerta de la preparatoria, le pareció que estaba entrando a otro mundo desconocido, todos con los que se encontró,caminaban rápido, balbuceando cosas sin sentido, algunos alumnos cargaban ramos enormes de flores de papel, otros mantas y utilería.- Es un movimiento de locos,- pensó Matilde- Choco bruscamente con un fauno y le piso sin querer el vestido a un hada, mientras trataba de llegar al auditorio que se encontraba en el fondo de la escuela junto a la biblioteca. El ambiente en la escuela era animoso, la mayoría se encontraba emocionada por los preparativos de la semana cultural, ya se levantaban los puestos de comida alrededor de los pasillos exposiciones con dibujos hechas por los alumnos se terminaban de armar; se escuch0 a algunos grupos de música a lo lejos,ensayando en las canchas de basquetbol. En el patio central, se levantaba un gran toldo, donde se proyectaría películas basadas en las obras de Shakespeare.
Matilde reviso la cartelera esperando encontrar la película de su ensayo, para su mala suerte “Romeo y Julieta era la ultima película que proyectaría al terminar la semana. No le quedo otra más que ir a ver la obra y a decir verdad continuaba sin animarse tanto, pero era eso o leerse todo el aburrido libro, donde la idea le parecía peor. Resignada continuo caminando.
Todo era un festival lleno de color, muy al contrario de cómo la preparatoria No 10 solía lucir, con sus tristes paredes en colores blancas y grises.
Después de salir de ese mundo loco, donde reinaba un ambiente poético y cursi, pudo llegar al auditorio despues de escaparse cuando le dio un pisoton a un mimo que trato de manosearla.
-Versillos cursis y ridículos, sofocantes vestidos y… ¿esas son mallas? ¿Los hombres traen mallas?- Murmuro fastidiada tomando su asiento junto a Selene quien la ya esperaba dentro. No pudo evitar mirar con cierto morbo y obviedad las apretadas mallas de colores pasteles que traían los actores, dejándoles ver las claramente las piernas y otras cosas mas de la cuenta. se burlo un poco encontrandolos ridículos y grotescos al notar los vellos que salian reclamando aire por el apretado tejido.
Se te van a salir los ojos,- dijo Selene llamándole la atención.- Si te parecen atractivos disimula.- le recomendó.
Matilde penso en la palabra atractivo y en este caso no había forma alguna de aplicarse para describir exactamente lo que la visión de sus compañeros le estaba causando.
-!No manches Selene!- dijo en voz bajita.- No me malinterpretes, solo pienso que deberían multarlos por salir así en publico- Selene le dio su mirada de desaprobación y Matilde no le importo y después de echarles un ultimo vistazo alejo su atención tratando de encontrar cosas mas agradables que ver se dedico a observo el escenario; desde la primera fila donde se encontraba podia perfectamente apreciar cada elemento del escenrario y pronto se dio cuenta que no habia mucho que apreciar, asi que aburrida se arrelleno en su asiento esperando a que la obra comenzara.- ¿¡Eh Chanes, lindas piernas, pero se te olvido depilártelas!?- Le grito a un compañero de su salón que paso frente a ella, se burlo por un largo rato, recibiendo sorpresivamente un codazo en su costado que la hicieron callarse.
¡Esta es la gran historia de amor de todos los tiempos! ¿Y solo te estas fijando en el vestuario y si lucen bien en mallas los actores?... Deja de avergonzarme…- Selene refunfuño molesta.- Esto es importante, mi hermano y Diego me dijeron que es la primera vez que el taller de teatro tiene presupuesto para el vestuario, así que cállate y aprécialo. No te ayudare con tu resumen si sigues así.- amenazo e hizo una seña para que se comportara. Matilde no sabía que Omar, el hermano de Selene, quien era mayor que ella por tres años, estaba involucrado en la obra al igual que Diego su hermano.
Los dos chicos al igual que ellas coincidieron en el mismo grupo en la secundaria y simpatizaron de inmediato cuando coincidieron en su afición por los videojuegos, volviéndose inseparables y los mejores amigos.
La amistad de Selene parecía más bien una extensión de su familia con otro apellido.
- ¿Quien es la frívola de la ropa ahora?
-Ya pues, no te pases, que si me dolió…- Dijo aun sobando el golpe. No quería enojar a Selene, la conocia bastante, sabiea que podía disimular y controlar muy bien el genio que tenia, pero cuando este salía era de un miedo como para correr al otro extremo de la tierra y no aparecer en un buen rato, por lo tanto evitaba pelearse y mucho menos por algo tan tonto como una obra escolar. Se quedo en silencio colocándose la mano en su boca para no bostezar- Demasiada palabrería- opino.- Veamos.- Leyó la copia del programa que le dieron.- La historia se trata del idilio de una muchacha llorona, que se enamora del hijo de su enemigo, que para variar utiliza mallas apretadas de color pastel.- Describió a Julieta, sin evitar poder reírse al pensar en las mallas de Romeo,- ¡Basta con las mallas!- Opinó poniéndose seria y tomando compostura, le echo una mirada a Selene quien estaba atenta y no parecia notarla. Un rato después y aburrida, se dedico a observo con más detenimiento a los actores que subían y bajaban del escenario. Una voz en off, indico que se encontraban en la segunda llamada. Matilde ni siquiera se había dado cuenta de cuando dieron la primera. Comenzando a sentirse incomoda y aburrida, sus ojos volvieron a vagar en el escenario cuando una chica pelirroja y muy delgada en un vestido largo y rojo llamo su atención, reconociéndola. - ¡Uy, pero si es Gloria “La bodoque” de la secundaria, ella la hace de…-la busco en su programa- ¡De Julieta!- Enflaco un montón, mucho... demasiado diría, - le echo otro vistazo, viendo los exagerados movimientos que la muchacha hacia al ensayar una escena y entonces un pellizco de molestia desconocida la incomodaron, desconcertada volvió a mirarla y la molestia continuo, naciendo un sentimiento de antipatía sin razón, que la extrañaron ¿acaso le molestaba el echo de que ella fuera Julieta? Regañándose a si misma, se removió incomoda por el extraño malestar ignorándolo, decidió mirar a otro lado y no resulto mejor, ya que su corazón comenzó a palpitar mas aprisa, asustándose por la repentina taquicardia, llamo a Selene quien absorta miraba el escenario ignorándola olímpicamente.- Selene... yo…-dijo asustada- me siento rara y...- Insistió en llamar su atención jalándola del brazo, en respuesta recibió un manotazo .
¡SHHH! ¡Es Mario! Mira.- Susurro emocionada contemplando absorta el escenario. Mario era nada más y nada menos que el amor de su amiga y claro de muchas otras chicas. La castaña babeaba por él desde la secundaria, cuando se le metió a la cabeza que debía aprender clases de ajedrez y el le dio clases particulares en su casa, en una de clases de ajedrez donde jugaron un partido en el cual fue derrotada fácilmente, sucedió en ese instante que fue flechada por el doloroso y cursi aguijón del amor que Mario le dio al hacer Jaque Mate; derrocando a su rey que simbolizaba la barrera de su corazón. O así más o menos se lo había explicado Selene.
Matilde lo observo caminar cuan dueño del escenario y saludar a otro grupo de muchachos en mallas. No pudo evitar revisarlo de pies a cabeza. -No se ve tan mal- penso. Mario poseía un cuerpo atlético y estético, así que de todos era el que menos ridículo parecía- Se ve mas o menos- corrigió, obligándose a minimizar el atractivo del chico. Como regla que toda amiga principal, “jamás ver atractivo al chico que tu amiga ha visto primero”. Prefirió entonces, acomodarse en el lugar y ponerle atención a Selene y a la cara de boba que ponía. Ahora caía en cuenta porque tan linda Selene ofreció la solución de ver la obra, dándose cuenta de sus verdaderas intenciones y todo debido a Mario Montero de Sexto semestre del grupo A, que casualmente era el tercer amigo del grupo que conformaban Diego y Omar; el guapo, alto, de ojos miel inocentes, piel aceitunada y perfecta, mucho mas perfecta que la de Matilde, capitán del equipo de fútbol, para variar buen estudiante a quien siempre se le encontraba con la nariz metida en un libro y con el balón a sus pies. Podría pasar por el chico perfecto, pero para Matilde solo era simplón y aburrido como su hermano y Omar que siendo fans de los videojuegos al grado en que ellos que lo eran. Cuántas noches no los observo desde su cuarto. Cuántas veces no los vio pegados como zombies al televisor hasta altas horas de la noche gritando como quinceañeras cuando la consola del videojuego no quería funcionar. Cuántas veces no presencio su casi suicido accidental cuando se atragantánban de pizza o compitiendo por quien podría succionar mas refresco por la nariz y ni que decir cuando competían para ver quien se lo había echado más… apes…t… Evito terminar el pensamiento, el solo pensar de todas las asquerosidades que había presenciado detras de la puerta de su segura habitación le dieron escalofríos. Pues por cosas del destino resultaba que ese “extraordinario ser” (seguían siendo palabras de Selene) era el protagonista de la obra, el fabuloso Romeo de Shakespeare o por lo menos eso indicaba el programa. Lo miro con detenimiento una vez mas y escucho el suspiro que Selene daba a su lad. Para su amiga, "Mario era lo que todo un chico de preparatoria debe ser" para Selene solo era un muchacho mas y consideraba que Selene era una exagerada. A veces no comprendía a Selene y su amor por Mario Montero, pero bueno la verdad es que no era porque Mario fuera el chico más desagradable del planeta, que por supuesto no lo era. No podía comprenderla porque ese era uno de los dos secretos de Matilde, un secreto que solo su mamá y su mejor amiga sabía...
“Matilde Soto a sus 16 añps jamás había sentido amor o alguna atracción por alguien” nunca había dicho un “me gusta esa persona”. “Nunca se había enamorado” "No de una persona tangible"
Su mal de amores le habia pasado desde la primaria, la mayoría de sus amiguitas ya se habían fijado en alguien y se ponían todas tímidas cuando el niño que les gustaba se sacaba los mocos o les tiraban en el cabello bolas de papel ensalivadas. Las niñas suspiraban emocionadas por tales tonterias; hasta Selene tuvo su momento con Carlitos Jáuregui, a quien le gustaba competir por el eructo más fuerte, pero para ella a esa edad los niñ. solo eran aburridos, molestos y olían muy mal.
Matilde por primera vez se sintió rara y fuera de lugar, ya que a ella no tenía ninguna atracción por alguno de sus compañeros, el sentimiento que sus amigas, sintió que ella se lo estaba perdiendo estando fuera de lugar...
Decidida a que no quedaria fuera, espero que en la secundaria las cosas cambiaran y le sucediera el tan esperado “me gustas” como también le volvió a pasar a Selene, por segunda ocacion pero al igual que en la primaria, esta paso sin pena ni gloria. Lo único relevante fue la declaración de Jonathan Antonio Chávez el erudito del salón quien tenia su aire guapetón, quien la sorprendió invitándola a bailara ella en la fiesta del día del estudiante, a ella y no a Selene,con quien se llevaba mejor, claro todo termino cuando la trato de besuquear y manosear detrás de las bocinas del sonido después de preguntarle si quería ser su noviecita sin esperar respuesta alguna. Por supuesto que un puñetazo en la nariz fue lo que recibió en contestación, saliendo furiosa el lugar, Matilde juro jamás asistir a una de esas ridículas fiestas de la secundaria de nuevo.
Entonces olvidando el pasado, volvió a darle una oportunidad a la Preparatoria, y este se convirtiera en el tiempo para que ella encontrara a su primer amor, pero parecía fugitivo el deseo de “quiero ser novia de…” Ninguno de los chicos era lo suficientemente atractivo para ella. El único encuentro físico fue con Cesar Magaña que quiso pasarse de abusivo con Selene en una de las tocadas de la escuela, recibiendo una patada en la entrepierna por parte de Matilde.
Hasta el momento solo sentía amor por su mamá, su papá que se encontraba viviendo en otra ciudad, su hermano mayor con todo y sus tonterías y claro por Selene, que no era de su familia pero como si lo fuera. Tampoco era que no quisiera sentir amor por un chico, a veces se sentía mal el que no le gustara alguien a sus 16 y no poder compartir esas conversaciones melosas y cursis con sus demás compañeras. Claro que no era que le gustaran las chicas como le sucedía a su amiga Graciela a quien conocía desde la primaria y asistía a la preparatoria No 7, en una ocasión que se encontraron en una reunión de la secundaria, ella le tuvo la confianza para confesar sus preferencias hacia otras compañeras, entonces se planteo la posibilidad que podía ser lo mismo que le pasaba a ella, pero después de estar por semanas fijándose mucho en otras compañeras, llego a la conclusión que no sentía nada de lo que se supone debería de sentir, lo unico que hizo fue criticar su forma de vestir y compararse partes del cuerpo, así que tampoco era que sus preferencias fueran distintas. Sintiéndose mal por ser diferente, se consolaba con lo que le decía su mamá “ Que tal vez el chico para ella no había llegado” “que a lo mejor no nació en Guadalajara o en México, que a lo mejor estaba en otro país y hasta ese momento no sabia como encontrarla” con esa idea romántica en su cabeza, olvidaba su incapacidad para que alguien le gustara, concluyendo que su mamá siempre tenia razón, queria creer en esa posibilidad ya que algo mal estaba en los oidos de Matilde y ese era el otro secreto que solo compartia con Selene, el mas especial, tal vez la razón de su incapacidad para enamorarse, su preciado secreto consistia en que Matilde desde pequeña cada vez que algún viento travieso agitaba su cabello y se colaba a sus oídos, podía escuchar la voz de alguien llamándola, a veces solo pronunciaba su nombre y otras veces, solo lo escuchaba reír, aun así, Matilde disfrutaba las nuevas noticias que el viento le traía. Esperando el día en descubrir al dueño de la voz. Realmente le atemorizaba morir sin poder tener ese encuentro.
Recordando eso y con un escalofrio en su espalda, dejo atrás esos pensamientos que la angustiaban, regreso al mundo real encontrándose con la melosa forma en que Selene miraba al joven en el escenario, hastiada y tapándose los ojos dijo- ¿Me trajiste para ver a tu amor en mallas? Pues no quiero, se ve muy raro… esas mallas no le favorecen ¿le hace falta más trasero no crees?- espero la respuesta de su amiga a su provocador comentario y este nunca llego. Selene seguía embobada, sin dar señas a querer pelear. Solo suspiro, para después decir.
-Él es como Romeo Montesco debería ser...- Susurrada tiernamente con fervor, esta frase entro suavemente tan parecido a cuando el viento se susurraba que Matilde no logro diferenciar entre la voz de Selene y la que solia escuchar. Inconcientemente destapo sus ojos y puso de nuevo su concentración en el joven Romeo que tenia en frente, trato de mostrar desinterés, pero fue en vano, aquel presentimiento de que algo importante sucedería no la abandono, su corazón dio un salto por alguna emoción desconocida cuando sus ojos se posaron en la persona que estaba parada frente a ella recitando.-
- ¿Ha amado antes de ahora mi corazón? No, juradlo, ojos míos; pues nunca, hasta esta noche, visteis la belleza verdadera*- (fragmento de Romeo y Julieta de William Shakespeare)
Aquellas frases causaron una reaccion en su cuerpo completamente desconocida. Su estomago se volvió en el santuario andante de las mariposas monarcas de Michoacán, sintió un tremendo calor recorrer toda su cara y que decir de un sentimiento de añoranza que la embargo toda. Trato de bajar el calor agarrando el tríptico del programa y se echo aire agitándolo, realmente no entendía que estaba pasando con ella, pensó que seria porque el lugar no contaba con una adecuada ventilación o algo por el estilo, se acurruco mas en el sillón preocupada, volteo nuevamente al escenario, donde Romeo ya no se encontraba, lo busco, pero el acto estaba terminando, sin saber por que se sintió mejor, volteo a los lados para ver si los otros espectadores les pasaba lo mismo, pero hasta donde podía ver nadie estaba incomodo.
Las luces se apagaron y la obra comenzó con algunas risas burlonas de los espectadores por los trajes de los actores, Matilde reconoció el silbido inapropiado de su hermano que de seguro estaba en algún asiento detrás mirando la obra junto a Omar. Con alguna que otra interpretación desafortunada, como el tartamudeo del narrador que hacia más tedioso el seguir de la obra, Matilde espero, su malestar disminuía pero no dejo de sentirse extraña, el presentimiento de que algo importante fuera a pasar no la abandonaban. Trato de poner atención a las frases y a la trama, pero por más que intento se comenzó a distraer con sus mismos pensamientos que le decían que debía poner atención.-
- Aquí viene Mario.- interrumpió emocionada Selene al monólogo de su cabeza, dejo de poner atención a sus voces internas y a la obra por los saltitos que daba su amiga en el asiento contiguo, la miro, las mejillas de Selene estaban exageradamente teñidas de un rojo carmesí, su imagen graciosa logro sacar una pequeña sonrisa.- Definitivamente es todo un genio, pero si se lo propone logra ser la mas cursi e infantil- penso mientras la miraba. A ese grado de la historia, observar a Selene era lo mas entretenido del lugar.
La luz del escenario cambio distrayéndola de mirar a Selene, llamando otra vez su atencion al escenario. Entonces todo comenzó…
Una voz varonil, una frase correcta, una presencia diferente se convirtió en el momento donde todo su mundo se eclipso en un joven, el corazón le dolió tanto que tuvo que agarrarse del asiento para no desmayarse, enfoco una vez mas el escenario y las lagrimas resbalaron por sus mejillas, una a una se volvieron llanto, llanto que sintió que no era suyo, pero que le correspondía llorarlo... se metió sin proponérselo en aquella tragedia de amor, vivió el amor entre lágrimas, confusiones y desencuentros de Romeo y Julieta que transcurrió en aquel pequeño auditorio.
La obra termino con el suicidio de los amantes, acompañado de un terrible silencio y luego después de unos segundos una lluvia de aplausos inundo el lugar, algunos compañeros se levantaron incluyendo a Selene, pero Matilde no se levanto, quedo estática mirando a Mario Montero como Romeo tirado, inerte, sintió, algo doloroso en el corazón. Después para su sorpresa abrió los ojos y feliz se levanto sano y salvo, provocándole una rara nostalgia y luego la inundo aquella alegría de dicha, que termino en llanto de felicidad, una extraña felicidad... ¿seria acaso porque el estaba vivo y a salvo?
- Mat, ¿estas llorando?- le pregunto Selene al notar las lagrimas que escurrían de sus ojos,- pero si tu no lloras - La sacudió ligeramente del hombro, logrando con esto sacarla de ese mundo en que estaba perdiéndose, la miro confusa por un instante a los ojos verdes y no lo resistió, aquel sentimiento no se retiraba de su pecho, respiro con dificultad y en un momento le cayo todo el peso de lo que significaba lo que acababa de vivir, se dio cuenta del significado de lo ocurrido y su malestar, estaba aterrada
- ¿Es…Estuvo muy padre la obra verdad Selene?- tartamudeo levantándose de un brinco y limpiándose las lagrimas con la manga de su suéter trato de tomar su mochila sin siquiera mirar a su amiga- B… Bu…eno ya me tengo que ir, tengo hacer el trabajo, es que no soy tan buena reteniendo cosas en la cabeza.- Soltó tan rápido como pudo excusándose y huyo, abandono a Selene en aquel lugar; sintió que se movía lenta y pesada, tal vez si corría rápido,todo aquello se quedaría en ese auditorio lejos de su persona. Corrió hacia la entrada de la preparatoria, sabía que Selene solo la miraba confusa irse sin entender lo que le pasaba. Mientras corría rogaba porque su camión pasara pronto y que no fuera encontrada. Se preguntaba ¿como podrían verse a los ojos de aquí en adelante, como podrían hablar nuevamente.? ¿Como podría aguantar las confesiones amorosas sobre Mario Montero si ella sentía lo mismo por el? Para su suerte el camión llego e inmediatamente subió sentándose en los asientos de atrás y acurrucándose en el lugar junto a la ventana permitió que unas lagrimas más salieran de sus ojos que sentía iban a estallar, rápido se limpio con la manga de su camisa. Mientras esperaba a que su camión avanzara, vio salir a Selene de la escuela buscándola en la parada del camión, junto a Diego, Omar y el mismo Mario Montero que aun portaba su traje de Romeo y se sintió peor. ¿Por que se sentía tan triste? ¿Y desde cuando se convirtió en una traidora? Selene siempre le ayudaba dándole su amistad sincera y ahora ella salía con esto ¿Como era posible que si antes su corazón no sentía nada, ahora de un momento a otro se le ocurriera sentir tanto y tan fuerte?
¿Por que tenia que ser por la persona equivocada?
Ese me gustas llego de la mano de nada más y nada menos que de el gran amor de la única persona por la que ella se cortaría su mano derecha de dibujante y músico que tanto apreciaba, pero no podía evitar el sentimiento traicionero que fluía borbotones de su pecho, nuevamente lloro tratando de guardar silencio, algunas lagrimas que caían de sus ojos eran por Selene, otras por “Romeo” otras por ella... y otras por algo que aun no comprendía el por qué, pero que comenzaron cuando el telón se abrió para presentar a Romeo y Julieta. Tapo su cara con sus manos, estaba haciendo un drama y no quería pasar la vergüenza de que los demás pasajeros se dieran cuenta que estaba llorando y le preguntaran “¿mija que tienes?” ¿Qué les respondería? Acaso seria un “Pues que cree, acabo de descubrir que me he enamorado espontáneamente como una bruta del amor de mi mejor amiga casi hermana” Totalmente absurdo juzgo. Se aguanto entonces las ganas de reventar el llanto a gritos. Era demasiada dramática su situación que sentía se le estaba saliendo de control. Minutos que parecieron horas por fin se bajo en su parada, camino las dos cuadras que la llevaban a su casa y entro abriendo el cancel rojo de su casa, busco nerviosa el llavero, que para colmo tenia la foto de las dos amigas que se sacaron en su ultimo paseo por el parque de los Colomos. En la foto Selene la miraba sonriendo. Si era posible sentirse mucho peor, pues Matilde logro hacerlo.
Entro a su cuarto sin saludar a su perro Tobías que le movía la cola yendo detrás de ella en saludo de bienvenida, dejándolo con un palmo de narices cuando cerro su puerta; indignado por el desprecio se hecho malhumorado en su sillón, mirando fijamente las escaleras y la puerta donde Matilde acababa de meterse.
Matilde lloro toda esa tarde, comió muy poco de lo que le dio su mamá cuando regreso de trabajar e ignoro las preguntas que Diego y ella le hicieron por la tarde sobre su rápida huida de la escuela. Lo peor del resto del día si podía ser así, fue evitar con frases tontas las preguntas que le realizo Selene por teléfono y trato por todos los medios tranquilizarla, ya sea con algún comentario fuera de lugar o cambiando la conversación. Cuando por fin colgó pensó que Selene y ella nunca habían tenido secretos. No hasta ahora…
Su cuarto por ese momento seria su fortaleza de protección, nada podría romper su seguridad, ni irrumpir la soledad en la que se encontraba, bueno eso duraría hasta las 11 de la noche, cuando su mamá viniera a ver la televisión como acostubraba cada noche.
Se tiro en la cama completamente desesperada, paseo como animal enjaulado por todo el cuarto, trato de observar televisión pero no había nada bueno que ver, por lo menos no que calmara su desesperación que estaba decidida en no marcharse a ningún lugar, se sentó a escribir tratando de adelantar algo de su ensayo sobre Romeo y Julieta, para ese momento ya no lloro, de echo no tubo ninguna reacción, solo se le quedo viendo a las rayas del cuaderno y la única palabra que pudo escribir “Romeo Montesco” por un tiempo indefinido, fue hasta que las carcajadas masculinas de la habitación contigua la sacaron de su estado catatónico. ¡Fantástico! A Mario Montero y a Omar Navarro se les ocurrió hacer visita social ese día, justo cuando ella moría de amor por el primero, sin darse cuenta reconoció la risa de Mario nunca lo había echo pero ahora su corazón brinco emocionado al escucharla, pego la oreja en su puerta tratando de oír un poco mas de lo que estaba pasando en el pasillo.
- Oye mi May- escucho decir a Omar…- que bien te lucían las mallitas.
-¡Uy si, la pura envidia! Con lo insípido y flaco que estas quisieras lucir así de bien con tu redondo rostro pecoso, y tus piernas de hilito- Pensó defendiendo a Mario e imagino a Omar y en como luciría si portaba un traje semejante. También pensó en su hermano, tan alto casi como Mario pero más ancho de espalda e imponente, imagino lo ridículo que luciría si portaba ese traje tan delicado.- Par de tontos.
-¡Jajajajaja! ¡Eso de salir en mallas ante toda la escuela, se necesitan muchos…!- haciendo una seña con su mano como sosteniendo algo, Diego sonrió y continuo la frase- muchos valores que te ha infundado tus padres…- bromeo.- Esa seguridad mi May, esa seguridad…
Matilde escucho las risas burlonas y luego un sonido como de golpe.
-¡No jodan!-dijo, algo molesto en contestación dandole un jalon al largo cabello de Diego, casi lo traía igual de largo que Matilde, si quería negar su parentesco,no podría, ya que era su versión masculina. No se aplicaba en Omar y Selene, su aspecto era de lo mas sencillo y bonachón en comparación a la presencia angelical y extravagante de ella- interrumpiendo sus pensamientos la voz de Mario se escucho de nuevo explicando.
- Yo sugerí algo mas tapadito que incluyera pantalones de mezclilla, pero ya vez a la ruquita de la maestra Bertha, en fin, salio bien ¿no?…
¿Pues así que digamos bien?…-sonrió- yo solo me voy a los hechos y he de decir que aquí la pequeña Mati salio corriendo despavorida al terminar la función.- dijo Omar continuando con la broma. Matilde se alarmo, quería decir que eso no era cierto, que el fue maravilloso, fantástico, lo mas genial que podía haber visto, pero no se animo a decirlo, se sentía demasiado turbada y enojada para organizar sus ideas.
-¿Oye y cómo esta Mati? ¿Se sentía mal por la tarde?- Las mejillas de Matilde detrás de la puerta ardieron de pena. Mario preguntaba por ella y la llamaba de forma cariñosa ¿y eso parecía preocupación en su tono de voz?
-¡Loca! ¡Esta completamente loca como una cabra solo eso! no te preocupes por ella mi May, ándale vamos a darle que hoy me siento con ánimos de ponerles una paliza.- dijo Diego mientras encendía la consola para jugar; Matilde se retiro de la puerta enojada tirándose a la cama, eso era el colmo ¿como podía dejarla en vergüenza delante de el? ¿Quien se creía para decirle que no se preocupara por ella? Levantándose de un salto y decidida, abrió la puerta echa una furia dispuesta a enfrentarse al torpe de su hermano, claro su intención se vio tirada por el suelo cuando la cerro tan rápido como la abrió por el solo echo de ver la espalda de Mario. Su corazón latió rápido como si hubiera corrido kilómetros, su cara estaba tan caliente y las mariposas se alborotaron recorriendo todo su estomago, -¿Cómo el cuerpo podía sentir tanto? así que eso era de lo que hablaba Selene. Selene…- la olvido por unos momentos, pero volvió a pensar en ella, en su amistad, en lo genial que era el tener una amiga como ella. Alguien único e irremplazable u también pensó que por un chico podría acabarse. Matilde no pudo evitar llorar otra vez. No pudo dejar de llorar toda la noche. Reclamo en silencio. Se suponía que su amor había nacido en otro país, en otro sitio, no debía estar depositado en el amigo de su hermano, en “el SOSO”. Algo estaba mal con esta situación.
A la mañana siguiente Matilde asomo con miedo la cabeza por la puerta de su salón de clases, este se encontraba vacío y suspiro de alivio, no durmió en toda la noche y ahora era la primera en llegar a la escuela, se recostó cansada en su banca y recargo la cabeza en la mesa cerrando los ojos un instante. De pronto unas palmadas en su hombro hicieron que sus ojos se abrieran de inmediato incorporándose asustada, el salón ya estaba lleno por sus compañeros de grupo y el profesor de matemáticas tomaba su lugar, giro la cara con miedo encontrándose al lado a Selene, pero ella ya estaba en su lugar y miraba examinándola-
-Luces fatal Mat- dijo después de evaluarla. Todo lo que pudo hacer fue esquivar esa mirada preocupada y sus preguntas haciendo como que ponía atención a clase, a mitad de esta, el cansancio y la desvelada comenzaron a apoderarse de ella logrando que cabeceara una par de veces, entonces, un dulce de café apareció encima de su cuaderno, miro a Selene quien se apuraba a sacar otro dulce de su bolsa.- Definitivamente Selene Navarro era la mejor amiga que se puede tener. Matilde tomo el dulce guardándoselo en la bolsa de los pantalones, pero no se lo comió, demasiada culpabilidad le impedían por mas que quisiera el probarlo.
La clase término, tomando lo más velozmente que podían sus cosas, salio del salón dejando a Selene como la vez anterior sin esperarla, se dirigió a la Biblioteca donde sabía que no la buscaría.
-¡¿Mat a donde vas?!- escucho detrás suyo, miro por su hombro y ella venia a su encuentro, nerviosa cambio el rumbo a las canchas de futbol, pero Selene le seguía el paso, trato de ir lo mas aprisa tropezándole con el borde de la banqueta o alguna irregularidad en esta, caminando mas aprisa trato de perderla. Quien las mirara, diría que esa era una carrera de persecución bastante graciosa. Volteo una vez mas por su hombro y ahí seguía Selene tratando de alcanzarla- ¿como es que puede caminar asi con esos tacones?- se pregunto y continuo su huida, si que era persistente reconoció mas al pendiente de ella sin fijarse en el lugar en el cual estaba caminando.
-¡Mat cuidado!- fue lo que alcanzo a oír que le gritaba, cuando un dolor en su nariz y en toda la cara por el golpe repentino la tiro en la tierra.
-¡Párenle, espérense! ¡Es la hermana de Diego!- gritaron algunas voces.
-¡Enana! ¿Estás bien? ¡Te dije que te fijaras Moy, nomás pateas el balón a lo bruto!- reconoció la voz enojada de su hermano, mas no podía distinguir bien por el lagrimeo en los ojos que le nublaba la vision.
- ¿Yo que? ¡Ella se metió a la cancha así nomás Diego!-
-¿Mati, puedes ver?- Reconoció también la voz de Omar el hermano de Selene, quien la sujetaba del hombro y apenas alcanzo a enfocar su rostro.-
-Ya puedo ver algo…- dijo.
- ¿Mat, estás bien?- ahora era la voz de Selene quien llegaba a su lado y le levantaba la cara-
-¡Uuuuy!- dijeron todos en coro cuando levanto su cara y los trato de distinguir, Matilde sintió como algo liquido salía de su nariz y le comenzaba escurrir. ¡Genial! bastante humillación tenía por el golpe de la pelota en la cara y su caída que imagino debió verse chistosa, ahora todos observarían como se le salían los mocos, pensó apenada.-
¿Alguien trae papel?- pregunto Omar- le esta saliendo sangre de la nariz- ¡Sangre! No mocos, sintió alivio al escuchar a Omar, sangre era mejor que mocos, ¿Qué estaba pensando? Sangre quería decir que el golpe era serio, ahora si estaba asustada.
- Yo tengo- Se escucho de pronto la voz de Mario Montero provocando que cerrara fuertemente los ojos, no quería que Selene se fuera a dar cuenta que al mirarlo a ella también le gustaba o tal vez sentía algo mas profundo- A ver ¿Matilde también te cayo tierra en los ojos? Ábrelos- pidió Mario, pero Matilde los cerro mas ¿Cómo podría afrontarlo a la cara?-
- Así estoy bien gracias…
- ¡Ábrelos Enana! Todavía que te metes a la brava en el partido y por tu descuido te damos un golpe tremendo con el balón, ahora te estas poniendo delicada. ¡Ábrelos!- Matilde no tuvo otro remedio que abrirlos y afrontar esto de una vez, tal vez si lo pensaba de forma optimista, Selene podría compartir su amor por Mario Montero como lo hizo con el dulce de café y hasta podrían fundar un fan club para el, juntas como siempre habían estado en 5 años. Pero una pregunta se atravesó destruyendo su optimismo ¿ella podría compartir su recién adquirido amor por Mario Montero? Abrió lentamente los ojos y afronto la mirada de los ojos claros de Mario. Una brisa fresca y amiga le susurro al oído. Otro shock más fuerte en el día, por alguna extraña razón el gallardo chico, el hermoso y varonil Romeo de la obra de teatro se convirtió de nuevo, en el guapo, soso e inocente de Mario Montero... no había rastro de aquel sentimiento que inspiro el día anterior.
- ¡ESTOY BIEN, MUY BIEN!- dijo eufórica se levanto de golpe e ignoro que pudieran ver el ridículo tapón de su nariz que le paraba la sangre o el mareo que le dio por levantarse tan pronto, pero que importaban esas mínimas molestias si el pesar se fue, giro y vio a su amiga a los ojos con sinceridad.
- ¡Segura!- pregunto dudosa Selene que aun la examinaba.
- Mejor que nunca- contesto radiante. Busco en su bolsa del pantalón, sacando uno de los dulces de café y se lo metió a la boca ya sin remordimiento, era tan bueno no sentirse como la peor amiga del mundo.
-Mario… Tu Romeo fue fantástico- le dijo Selene a Mario en voz baja para que su hermano no se diera cuenta mientras caminaban a la cafetería en busca de algo para comer.-
- Gracias Selene…- le dijo sonriendo, la sonrisa impacto a Selene que avergonzada camino torpemente, tropezándose con la banqueta. Matilde sintió las náuseas de costumbre ante aquel acercamiento de su amiga y el soso, pero se alegro de saber que no estaba repentinamente enamorada Mario, era ilógico pero su Romeo había sido tan convincente y tan atractivo, la pasión de sus palabras y el amor hacia Julieta, amarla tanto hasta quitarse la vida si ella no estaba junto a el, Matilde volvió a ponerse sonrojada y la taquicardia regreso. Una brisa amiga le revoloteo en su cabello y claramente pudo distinguir la voz y unas nuevas y conocidas palabras...
“Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me sacudiré el yugo de las estrellas, enemigas de esta carne harta de mundo, oh! ojos, mirad por última vez, brazos, dad vuestro ultimo abrazo y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con legitimo beso una concesión sin miedo a la muerte rapaz.”** (** Fragmento de Romeo y Julieta de William Shakespeare)
Entonces lo entendió... no era Mario lo que hacia latir su corazón, era Romeo el que lo logro, el que hacia sentir aquello que era tan maravilloso... sonrió aliviada por su conclusión y después como es su costumbre la acción retardada de la cruda verdad le pego en la cara mas fuerte que el balón de futbol...
Romeo Montesco, logro lo que ningún muchacho vivo. ¡Eso es peor de lo que imaginaba! Ya que por lo menos Mario Montero existía con todo y lo soso que podría llegar a ser...
-¡Pero Romeo solo son letras…!-
Sintiendo como aquella angustia nacía y pesaba terriblemente haciendo difícil el caminar. Matilde Soto se dio cuenta de que había encontrado a su primer amor, nada mas y nada menos que en Romeo Montesco un personaje de la literatura clásica... que por supuesto profesaba amor por Julieta.
Era soportable pensar que tu amor estaba en otro país, pero pensar que tu amor esta impreso en letras…
Definitivamente Shakespeare estaba arruinado su vida, lo sabia, lo presintió desde que dejaron esa tarea y por eso es que el escritor Inglés no le agrado desde un principio...
Matilde reviso la cartelera esperando encontrar la película de su ensayo, para su mala suerte “Romeo y Julieta era la ultima película que proyectaría al terminar la semana. No le quedo otra más que ir a ver la obra y a decir verdad continuaba sin animarse tanto, pero era eso o leerse todo el aburrido libro, donde la idea le parecía peor. Resignada continuo caminando.
Todo era un festival lleno de color, muy al contrario de cómo la preparatoria No 10 solía lucir, con sus tristes paredes en colores blancas y grises.
Después de salir de ese mundo loco, donde reinaba un ambiente poético y cursi, pudo llegar al auditorio despues de escaparse cuando le dio un pisoton a un mimo que trato de manosearla.
-Versillos cursis y ridículos, sofocantes vestidos y… ¿esas son mallas? ¿Los hombres traen mallas?- Murmuro fastidiada tomando su asiento junto a Selene quien la ya esperaba dentro. No pudo evitar mirar con cierto morbo y obviedad las apretadas mallas de colores pasteles que traían los actores, dejándoles ver las claramente las piernas y otras cosas mas de la cuenta. se burlo un poco encontrandolos ridículos y grotescos al notar los vellos que salian reclamando aire por el apretado tejido.
Se te van a salir los ojos,- dijo Selene llamándole la atención.- Si te parecen atractivos disimula.- le recomendó.
Matilde penso en la palabra atractivo y en este caso no había forma alguna de aplicarse para describir exactamente lo que la visión de sus compañeros le estaba causando.
-!No manches Selene!- dijo en voz bajita.- No me malinterpretes, solo pienso que deberían multarlos por salir así en publico- Selene le dio su mirada de desaprobación y Matilde no le importo y después de echarles un ultimo vistazo alejo su atención tratando de encontrar cosas mas agradables que ver se dedico a observo el escenario; desde la primera fila donde se encontraba podia perfectamente apreciar cada elemento del escenrario y pronto se dio cuenta que no habia mucho que apreciar, asi que aburrida se arrelleno en su asiento esperando a que la obra comenzara.- ¿¡Eh Chanes, lindas piernas, pero se te olvido depilártelas!?- Le grito a un compañero de su salón que paso frente a ella, se burlo por un largo rato, recibiendo sorpresivamente un codazo en su costado que la hicieron callarse.
¡Esta es la gran historia de amor de todos los tiempos! ¿Y solo te estas fijando en el vestuario y si lucen bien en mallas los actores?... Deja de avergonzarme…- Selene refunfuño molesta.- Esto es importante, mi hermano y Diego me dijeron que es la primera vez que el taller de teatro tiene presupuesto para el vestuario, así que cállate y aprécialo. No te ayudare con tu resumen si sigues así.- amenazo e hizo una seña para que se comportara. Matilde no sabía que Omar, el hermano de Selene, quien era mayor que ella por tres años, estaba involucrado en la obra al igual que Diego su hermano.
Los dos chicos al igual que ellas coincidieron en el mismo grupo en la secundaria y simpatizaron de inmediato cuando coincidieron en su afición por los videojuegos, volviéndose inseparables y los mejores amigos.
La amistad de Selene parecía más bien una extensión de su familia con otro apellido.
- ¿Quien es la frívola de la ropa ahora?
-Ya pues, no te pases, que si me dolió…- Dijo aun sobando el golpe. No quería enojar a Selene, la conocia bastante, sabiea que podía disimular y controlar muy bien el genio que tenia, pero cuando este salía era de un miedo como para correr al otro extremo de la tierra y no aparecer en un buen rato, por lo tanto evitaba pelearse y mucho menos por algo tan tonto como una obra escolar. Se quedo en silencio colocándose la mano en su boca para no bostezar- Demasiada palabrería- opino.- Veamos.- Leyó la copia del programa que le dieron.- La historia se trata del idilio de una muchacha llorona, que se enamora del hijo de su enemigo, que para variar utiliza mallas apretadas de color pastel.- Describió a Julieta, sin evitar poder reírse al pensar en las mallas de Romeo,- ¡Basta con las mallas!- Opinó poniéndose seria y tomando compostura, le echo una mirada a Selene quien estaba atenta y no parecia notarla. Un rato después y aburrida, se dedico a observo con más detenimiento a los actores que subían y bajaban del escenario. Una voz en off, indico que se encontraban en la segunda llamada. Matilde ni siquiera se había dado cuenta de cuando dieron la primera. Comenzando a sentirse incomoda y aburrida, sus ojos volvieron a vagar en el escenario cuando una chica pelirroja y muy delgada en un vestido largo y rojo llamo su atención, reconociéndola. - ¡Uy, pero si es Gloria “La bodoque” de la secundaria, ella la hace de…-la busco en su programa- ¡De Julieta!- Enflaco un montón, mucho... demasiado diría, - le echo otro vistazo, viendo los exagerados movimientos que la muchacha hacia al ensayar una escena y entonces un pellizco de molestia desconocida la incomodaron, desconcertada volvió a mirarla y la molestia continuo, naciendo un sentimiento de antipatía sin razón, que la extrañaron ¿acaso le molestaba el echo de que ella fuera Julieta? Regañándose a si misma, se removió incomoda por el extraño malestar ignorándolo, decidió mirar a otro lado y no resulto mejor, ya que su corazón comenzó a palpitar mas aprisa, asustándose por la repentina taquicardia, llamo a Selene quien absorta miraba el escenario ignorándola olímpicamente.- Selene... yo…-dijo asustada- me siento rara y...- Insistió en llamar su atención jalándola del brazo, en respuesta recibió un manotazo .
¡SHHH! ¡Es Mario! Mira.- Susurro emocionada contemplando absorta el escenario. Mario era nada más y nada menos que el amor de su amiga y claro de muchas otras chicas. La castaña babeaba por él desde la secundaria, cuando se le metió a la cabeza que debía aprender clases de ajedrez y el le dio clases particulares en su casa, en una de clases de ajedrez donde jugaron un partido en el cual fue derrotada fácilmente, sucedió en ese instante que fue flechada por el doloroso y cursi aguijón del amor que Mario le dio al hacer Jaque Mate; derrocando a su rey que simbolizaba la barrera de su corazón. O así más o menos se lo había explicado Selene.
Matilde lo observo caminar cuan dueño del escenario y saludar a otro grupo de muchachos en mallas. No pudo evitar revisarlo de pies a cabeza. -No se ve tan mal- penso. Mario poseía un cuerpo atlético y estético, así que de todos era el que menos ridículo parecía- Se ve mas o menos- corrigió, obligándose a minimizar el atractivo del chico. Como regla que toda amiga principal, “jamás ver atractivo al chico que tu amiga ha visto primero”. Prefirió entonces, acomodarse en el lugar y ponerle atención a Selene y a la cara de boba que ponía. Ahora caía en cuenta porque tan linda Selene ofreció la solución de ver la obra, dándose cuenta de sus verdaderas intenciones y todo debido a Mario Montero de Sexto semestre del grupo A, que casualmente era el tercer amigo del grupo que conformaban Diego y Omar; el guapo, alto, de ojos miel inocentes, piel aceitunada y perfecta, mucho mas perfecta que la de Matilde, capitán del equipo de fútbol, para variar buen estudiante a quien siempre se le encontraba con la nariz metida en un libro y con el balón a sus pies. Podría pasar por el chico perfecto, pero para Matilde solo era simplón y aburrido como su hermano y Omar que siendo fans de los videojuegos al grado en que ellos que lo eran. Cuántas noches no los observo desde su cuarto. Cuántas veces no los vio pegados como zombies al televisor hasta altas horas de la noche gritando como quinceañeras cuando la consola del videojuego no quería funcionar. Cuántas veces no presencio su casi suicido accidental cuando se atragantánban de pizza o compitiendo por quien podría succionar mas refresco por la nariz y ni que decir cuando competían para ver quien se lo había echado más… apes…t… Evito terminar el pensamiento, el solo pensar de todas las asquerosidades que había presenciado detras de la puerta de su segura habitación le dieron escalofríos. Pues por cosas del destino resultaba que ese “extraordinario ser” (seguían siendo palabras de Selene) era el protagonista de la obra, el fabuloso Romeo de Shakespeare o por lo menos eso indicaba el programa. Lo miro con detenimiento una vez mas y escucho el suspiro que Selene daba a su lad. Para su amiga, "Mario era lo que todo un chico de preparatoria debe ser" para Selene solo era un muchacho mas y consideraba que Selene era una exagerada. A veces no comprendía a Selene y su amor por Mario Montero, pero bueno la verdad es que no era porque Mario fuera el chico más desagradable del planeta, que por supuesto no lo era. No podía comprenderla porque ese era uno de los dos secretos de Matilde, un secreto que solo su mamá y su mejor amiga sabía...
“Matilde Soto a sus 16 añps jamás había sentido amor o alguna atracción por alguien” nunca había dicho un “me gusta esa persona”. “Nunca se había enamorado” "No de una persona tangible"
Su mal de amores le habia pasado desde la primaria, la mayoría de sus amiguitas ya se habían fijado en alguien y se ponían todas tímidas cuando el niño que les gustaba se sacaba los mocos o les tiraban en el cabello bolas de papel ensalivadas. Las niñas suspiraban emocionadas por tales tonterias; hasta Selene tuvo su momento con Carlitos Jáuregui, a quien le gustaba competir por el eructo más fuerte, pero para ella a esa edad los niñ. solo eran aburridos, molestos y olían muy mal.
Matilde por primera vez se sintió rara y fuera de lugar, ya que a ella no tenía ninguna atracción por alguno de sus compañeros, el sentimiento que sus amigas, sintió que ella se lo estaba perdiendo estando fuera de lugar...
Decidida a que no quedaria fuera, espero que en la secundaria las cosas cambiaran y le sucediera el tan esperado “me gustas” como también le volvió a pasar a Selene, por segunda ocacion pero al igual que en la primaria, esta paso sin pena ni gloria. Lo único relevante fue la declaración de Jonathan Antonio Chávez el erudito del salón quien tenia su aire guapetón, quien la sorprendió invitándola a bailara ella en la fiesta del día del estudiante, a ella y no a Selene,con quien se llevaba mejor, claro todo termino cuando la trato de besuquear y manosear detrás de las bocinas del sonido después de preguntarle si quería ser su noviecita sin esperar respuesta alguna. Por supuesto que un puñetazo en la nariz fue lo que recibió en contestación, saliendo furiosa el lugar, Matilde juro jamás asistir a una de esas ridículas fiestas de la secundaria de nuevo.
Entonces olvidando el pasado, volvió a darle una oportunidad a la Preparatoria, y este se convirtiera en el tiempo para que ella encontrara a su primer amor, pero parecía fugitivo el deseo de “quiero ser novia de…” Ninguno de los chicos era lo suficientemente atractivo para ella. El único encuentro físico fue con Cesar Magaña que quiso pasarse de abusivo con Selene en una de las tocadas de la escuela, recibiendo una patada en la entrepierna por parte de Matilde.
Hasta el momento solo sentía amor por su mamá, su papá que se encontraba viviendo en otra ciudad, su hermano mayor con todo y sus tonterías y claro por Selene, que no era de su familia pero como si lo fuera. Tampoco era que no quisiera sentir amor por un chico, a veces se sentía mal el que no le gustara alguien a sus 16 y no poder compartir esas conversaciones melosas y cursis con sus demás compañeras. Claro que no era que le gustaran las chicas como le sucedía a su amiga Graciela a quien conocía desde la primaria y asistía a la preparatoria No 7, en una ocasión que se encontraron en una reunión de la secundaria, ella le tuvo la confianza para confesar sus preferencias hacia otras compañeras, entonces se planteo la posibilidad que podía ser lo mismo que le pasaba a ella, pero después de estar por semanas fijándose mucho en otras compañeras, llego a la conclusión que no sentía nada de lo que se supone debería de sentir, lo unico que hizo fue criticar su forma de vestir y compararse partes del cuerpo, así que tampoco era que sus preferencias fueran distintas. Sintiéndose mal por ser diferente, se consolaba con lo que le decía su mamá “ Que tal vez el chico para ella no había llegado” “que a lo mejor no nació en Guadalajara o en México, que a lo mejor estaba en otro país y hasta ese momento no sabia como encontrarla” con esa idea romántica en su cabeza, olvidaba su incapacidad para que alguien le gustara, concluyendo que su mamá siempre tenia razón, queria creer en esa posibilidad ya que algo mal estaba en los oidos de Matilde y ese era el otro secreto que solo compartia con Selene, el mas especial, tal vez la razón de su incapacidad para enamorarse, su preciado secreto consistia en que Matilde desde pequeña cada vez que algún viento travieso agitaba su cabello y se colaba a sus oídos, podía escuchar la voz de alguien llamándola, a veces solo pronunciaba su nombre y otras veces, solo lo escuchaba reír, aun así, Matilde disfrutaba las nuevas noticias que el viento le traía. Esperando el día en descubrir al dueño de la voz. Realmente le atemorizaba morir sin poder tener ese encuentro.
Recordando eso y con un escalofrio en su espalda, dejo atrás esos pensamientos que la angustiaban, regreso al mundo real encontrándose con la melosa forma en que Selene miraba al joven en el escenario, hastiada y tapándose los ojos dijo- ¿Me trajiste para ver a tu amor en mallas? Pues no quiero, se ve muy raro… esas mallas no le favorecen ¿le hace falta más trasero no crees?- espero la respuesta de su amiga a su provocador comentario y este nunca llego. Selene seguía embobada, sin dar señas a querer pelear. Solo suspiro, para después decir.
-Él es como Romeo Montesco debería ser...- Susurrada tiernamente con fervor, esta frase entro suavemente tan parecido a cuando el viento se susurraba que Matilde no logro diferenciar entre la voz de Selene y la que solia escuchar. Inconcientemente destapo sus ojos y puso de nuevo su concentración en el joven Romeo que tenia en frente, trato de mostrar desinterés, pero fue en vano, aquel presentimiento de que algo importante sucedería no la abandono, su corazón dio un salto por alguna emoción desconocida cuando sus ojos se posaron en la persona que estaba parada frente a ella recitando.-
- ¿Ha amado antes de ahora mi corazón? No, juradlo, ojos míos; pues nunca, hasta esta noche, visteis la belleza verdadera*- (fragmento de Romeo y Julieta de William Shakespeare)
Aquellas frases causaron una reaccion en su cuerpo completamente desconocida. Su estomago se volvió en el santuario andante de las mariposas monarcas de Michoacán, sintió un tremendo calor recorrer toda su cara y que decir de un sentimiento de añoranza que la embargo toda. Trato de bajar el calor agarrando el tríptico del programa y se echo aire agitándolo, realmente no entendía que estaba pasando con ella, pensó que seria porque el lugar no contaba con una adecuada ventilación o algo por el estilo, se acurruco mas en el sillón preocupada, volteo nuevamente al escenario, donde Romeo ya no se encontraba, lo busco, pero el acto estaba terminando, sin saber por que se sintió mejor, volteo a los lados para ver si los otros espectadores les pasaba lo mismo, pero hasta donde podía ver nadie estaba incomodo.
Las luces se apagaron y la obra comenzó con algunas risas burlonas de los espectadores por los trajes de los actores, Matilde reconoció el silbido inapropiado de su hermano que de seguro estaba en algún asiento detrás mirando la obra junto a Omar. Con alguna que otra interpretación desafortunada, como el tartamudeo del narrador que hacia más tedioso el seguir de la obra, Matilde espero, su malestar disminuía pero no dejo de sentirse extraña, el presentimiento de que algo importante fuera a pasar no la abandonaban. Trato de poner atención a las frases y a la trama, pero por más que intento se comenzó a distraer con sus mismos pensamientos que le decían que debía poner atención.-
- Aquí viene Mario.- interrumpió emocionada Selene al monólogo de su cabeza, dejo de poner atención a sus voces internas y a la obra por los saltitos que daba su amiga en el asiento contiguo, la miro, las mejillas de Selene estaban exageradamente teñidas de un rojo carmesí, su imagen graciosa logro sacar una pequeña sonrisa.- Definitivamente es todo un genio, pero si se lo propone logra ser la mas cursi e infantil- penso mientras la miraba. A ese grado de la historia, observar a Selene era lo mas entretenido del lugar.
La luz del escenario cambio distrayéndola de mirar a Selene, llamando otra vez su atencion al escenario. Entonces todo comenzó…
Una voz varonil, una frase correcta, una presencia diferente se convirtió en el momento donde todo su mundo se eclipso en un joven, el corazón le dolió tanto que tuvo que agarrarse del asiento para no desmayarse, enfoco una vez mas el escenario y las lagrimas resbalaron por sus mejillas, una a una se volvieron llanto, llanto que sintió que no era suyo, pero que le correspondía llorarlo... se metió sin proponérselo en aquella tragedia de amor, vivió el amor entre lágrimas, confusiones y desencuentros de Romeo y Julieta que transcurrió en aquel pequeño auditorio.
La obra termino con el suicidio de los amantes, acompañado de un terrible silencio y luego después de unos segundos una lluvia de aplausos inundo el lugar, algunos compañeros se levantaron incluyendo a Selene, pero Matilde no se levanto, quedo estática mirando a Mario Montero como Romeo tirado, inerte, sintió, algo doloroso en el corazón. Después para su sorpresa abrió los ojos y feliz se levanto sano y salvo, provocándole una rara nostalgia y luego la inundo aquella alegría de dicha, que termino en llanto de felicidad, una extraña felicidad... ¿seria acaso porque el estaba vivo y a salvo?
- Mat, ¿estas llorando?- le pregunto Selene al notar las lagrimas que escurrían de sus ojos,- pero si tu no lloras - La sacudió ligeramente del hombro, logrando con esto sacarla de ese mundo en que estaba perdiéndose, la miro confusa por un instante a los ojos verdes y no lo resistió, aquel sentimiento no se retiraba de su pecho, respiro con dificultad y en un momento le cayo todo el peso de lo que significaba lo que acababa de vivir, se dio cuenta del significado de lo ocurrido y su malestar, estaba aterrada
- ¿Es…Estuvo muy padre la obra verdad Selene?- tartamudeo levantándose de un brinco y limpiándose las lagrimas con la manga de su suéter trato de tomar su mochila sin siquiera mirar a su amiga- B… Bu…eno ya me tengo que ir, tengo hacer el trabajo, es que no soy tan buena reteniendo cosas en la cabeza.- Soltó tan rápido como pudo excusándose y huyo, abandono a Selene en aquel lugar; sintió que se movía lenta y pesada, tal vez si corría rápido,todo aquello se quedaría en ese auditorio lejos de su persona. Corrió hacia la entrada de la preparatoria, sabía que Selene solo la miraba confusa irse sin entender lo que le pasaba. Mientras corría rogaba porque su camión pasara pronto y que no fuera encontrada. Se preguntaba ¿como podrían verse a los ojos de aquí en adelante, como podrían hablar nuevamente.? ¿Como podría aguantar las confesiones amorosas sobre Mario Montero si ella sentía lo mismo por el? Para su suerte el camión llego e inmediatamente subió sentándose en los asientos de atrás y acurrucándose en el lugar junto a la ventana permitió que unas lagrimas más salieran de sus ojos que sentía iban a estallar, rápido se limpio con la manga de su camisa. Mientras esperaba a que su camión avanzara, vio salir a Selene de la escuela buscándola en la parada del camión, junto a Diego, Omar y el mismo Mario Montero que aun portaba su traje de Romeo y se sintió peor. ¿Por que se sentía tan triste? ¿Y desde cuando se convirtió en una traidora? Selene siempre le ayudaba dándole su amistad sincera y ahora ella salía con esto ¿Como era posible que si antes su corazón no sentía nada, ahora de un momento a otro se le ocurriera sentir tanto y tan fuerte?
¿Por que tenia que ser por la persona equivocada?
Ese me gustas llego de la mano de nada más y nada menos que de el gran amor de la única persona por la que ella se cortaría su mano derecha de dibujante y músico que tanto apreciaba, pero no podía evitar el sentimiento traicionero que fluía borbotones de su pecho, nuevamente lloro tratando de guardar silencio, algunas lagrimas que caían de sus ojos eran por Selene, otras por “Romeo” otras por ella... y otras por algo que aun no comprendía el por qué, pero que comenzaron cuando el telón se abrió para presentar a Romeo y Julieta. Tapo su cara con sus manos, estaba haciendo un drama y no quería pasar la vergüenza de que los demás pasajeros se dieran cuenta que estaba llorando y le preguntaran “¿mija que tienes?” ¿Qué les respondería? Acaso seria un “Pues que cree, acabo de descubrir que me he enamorado espontáneamente como una bruta del amor de mi mejor amiga casi hermana” Totalmente absurdo juzgo. Se aguanto entonces las ganas de reventar el llanto a gritos. Era demasiada dramática su situación que sentía se le estaba saliendo de control. Minutos que parecieron horas por fin se bajo en su parada, camino las dos cuadras que la llevaban a su casa y entro abriendo el cancel rojo de su casa, busco nerviosa el llavero, que para colmo tenia la foto de las dos amigas que se sacaron en su ultimo paseo por el parque de los Colomos. En la foto Selene la miraba sonriendo. Si era posible sentirse mucho peor, pues Matilde logro hacerlo.
Entro a su cuarto sin saludar a su perro Tobías que le movía la cola yendo detrás de ella en saludo de bienvenida, dejándolo con un palmo de narices cuando cerro su puerta; indignado por el desprecio se hecho malhumorado en su sillón, mirando fijamente las escaleras y la puerta donde Matilde acababa de meterse.
Matilde lloro toda esa tarde, comió muy poco de lo que le dio su mamá cuando regreso de trabajar e ignoro las preguntas que Diego y ella le hicieron por la tarde sobre su rápida huida de la escuela. Lo peor del resto del día si podía ser así, fue evitar con frases tontas las preguntas que le realizo Selene por teléfono y trato por todos los medios tranquilizarla, ya sea con algún comentario fuera de lugar o cambiando la conversación. Cuando por fin colgó pensó que Selene y ella nunca habían tenido secretos. No hasta ahora…
Su cuarto por ese momento seria su fortaleza de protección, nada podría romper su seguridad, ni irrumpir la soledad en la que se encontraba, bueno eso duraría hasta las 11 de la noche, cuando su mamá viniera a ver la televisión como acostubraba cada noche.
Se tiro en la cama completamente desesperada, paseo como animal enjaulado por todo el cuarto, trato de observar televisión pero no había nada bueno que ver, por lo menos no que calmara su desesperación que estaba decidida en no marcharse a ningún lugar, se sentó a escribir tratando de adelantar algo de su ensayo sobre Romeo y Julieta, para ese momento ya no lloro, de echo no tubo ninguna reacción, solo se le quedo viendo a las rayas del cuaderno y la única palabra que pudo escribir “Romeo Montesco” por un tiempo indefinido, fue hasta que las carcajadas masculinas de la habitación contigua la sacaron de su estado catatónico. ¡Fantástico! A Mario Montero y a Omar Navarro se les ocurrió hacer visita social ese día, justo cuando ella moría de amor por el primero, sin darse cuenta reconoció la risa de Mario nunca lo había echo pero ahora su corazón brinco emocionado al escucharla, pego la oreja en su puerta tratando de oír un poco mas de lo que estaba pasando en el pasillo.
- Oye mi May- escucho decir a Omar…- que bien te lucían las mallitas.
-¡Uy si, la pura envidia! Con lo insípido y flaco que estas quisieras lucir así de bien con tu redondo rostro pecoso, y tus piernas de hilito- Pensó defendiendo a Mario e imagino a Omar y en como luciría si portaba un traje semejante. También pensó en su hermano, tan alto casi como Mario pero más ancho de espalda e imponente, imagino lo ridículo que luciría si portaba ese traje tan delicado.- Par de tontos.
-¡Jajajajaja! ¡Eso de salir en mallas ante toda la escuela, se necesitan muchos…!- haciendo una seña con su mano como sosteniendo algo, Diego sonrió y continuo la frase- muchos valores que te ha infundado tus padres…- bromeo.- Esa seguridad mi May, esa seguridad…
Matilde escucho las risas burlonas y luego un sonido como de golpe.
-¡No jodan!-dijo, algo molesto en contestación dandole un jalon al largo cabello de Diego, casi lo traía igual de largo que Matilde, si quería negar su parentesco,no podría, ya que era su versión masculina. No se aplicaba en Omar y Selene, su aspecto era de lo mas sencillo y bonachón en comparación a la presencia angelical y extravagante de ella- interrumpiendo sus pensamientos la voz de Mario se escucho de nuevo explicando.
- Yo sugerí algo mas tapadito que incluyera pantalones de mezclilla, pero ya vez a la ruquita de la maestra Bertha, en fin, salio bien ¿no?…
¿Pues así que digamos bien?…-sonrió- yo solo me voy a los hechos y he de decir que aquí la pequeña Mati salio corriendo despavorida al terminar la función.- dijo Omar continuando con la broma. Matilde se alarmo, quería decir que eso no era cierto, que el fue maravilloso, fantástico, lo mas genial que podía haber visto, pero no se animo a decirlo, se sentía demasiado turbada y enojada para organizar sus ideas.
-¿Oye y cómo esta Mati? ¿Se sentía mal por la tarde?- Las mejillas de Matilde detrás de la puerta ardieron de pena. Mario preguntaba por ella y la llamaba de forma cariñosa ¿y eso parecía preocupación en su tono de voz?
-¡Loca! ¡Esta completamente loca como una cabra solo eso! no te preocupes por ella mi May, ándale vamos a darle que hoy me siento con ánimos de ponerles una paliza.- dijo Diego mientras encendía la consola para jugar; Matilde se retiro de la puerta enojada tirándose a la cama, eso era el colmo ¿como podía dejarla en vergüenza delante de el? ¿Quien se creía para decirle que no se preocupara por ella? Levantándose de un salto y decidida, abrió la puerta echa una furia dispuesta a enfrentarse al torpe de su hermano, claro su intención se vio tirada por el suelo cuando la cerro tan rápido como la abrió por el solo echo de ver la espalda de Mario. Su corazón latió rápido como si hubiera corrido kilómetros, su cara estaba tan caliente y las mariposas se alborotaron recorriendo todo su estomago, -¿Cómo el cuerpo podía sentir tanto? así que eso era de lo que hablaba Selene. Selene…- la olvido por unos momentos, pero volvió a pensar en ella, en su amistad, en lo genial que era el tener una amiga como ella. Alguien único e irremplazable u también pensó que por un chico podría acabarse. Matilde no pudo evitar llorar otra vez. No pudo dejar de llorar toda la noche. Reclamo en silencio. Se suponía que su amor había nacido en otro país, en otro sitio, no debía estar depositado en el amigo de su hermano, en “el SOSO”. Algo estaba mal con esta situación.
A la mañana siguiente Matilde asomo con miedo la cabeza por la puerta de su salón de clases, este se encontraba vacío y suspiro de alivio, no durmió en toda la noche y ahora era la primera en llegar a la escuela, se recostó cansada en su banca y recargo la cabeza en la mesa cerrando los ojos un instante. De pronto unas palmadas en su hombro hicieron que sus ojos se abrieran de inmediato incorporándose asustada, el salón ya estaba lleno por sus compañeros de grupo y el profesor de matemáticas tomaba su lugar, giro la cara con miedo encontrándose al lado a Selene, pero ella ya estaba en su lugar y miraba examinándola-
-Luces fatal Mat- dijo después de evaluarla. Todo lo que pudo hacer fue esquivar esa mirada preocupada y sus preguntas haciendo como que ponía atención a clase, a mitad de esta, el cansancio y la desvelada comenzaron a apoderarse de ella logrando que cabeceara una par de veces, entonces, un dulce de café apareció encima de su cuaderno, miro a Selene quien se apuraba a sacar otro dulce de su bolsa.- Definitivamente Selene Navarro era la mejor amiga que se puede tener. Matilde tomo el dulce guardándoselo en la bolsa de los pantalones, pero no se lo comió, demasiada culpabilidad le impedían por mas que quisiera el probarlo.
La clase término, tomando lo más velozmente que podían sus cosas, salio del salón dejando a Selene como la vez anterior sin esperarla, se dirigió a la Biblioteca donde sabía que no la buscaría.
-¡¿Mat a donde vas?!- escucho detrás suyo, miro por su hombro y ella venia a su encuentro, nerviosa cambio el rumbo a las canchas de futbol, pero Selene le seguía el paso, trato de ir lo mas aprisa tropezándole con el borde de la banqueta o alguna irregularidad en esta, caminando mas aprisa trato de perderla. Quien las mirara, diría que esa era una carrera de persecución bastante graciosa. Volteo una vez mas por su hombro y ahí seguía Selene tratando de alcanzarla- ¿como es que puede caminar asi con esos tacones?- se pregunto y continuo su huida, si que era persistente reconoció mas al pendiente de ella sin fijarse en el lugar en el cual estaba caminando.
-¡Mat cuidado!- fue lo que alcanzo a oír que le gritaba, cuando un dolor en su nariz y en toda la cara por el golpe repentino la tiro en la tierra.
-¡Párenle, espérense! ¡Es la hermana de Diego!- gritaron algunas voces.
-¡Enana! ¿Estás bien? ¡Te dije que te fijaras Moy, nomás pateas el balón a lo bruto!- reconoció la voz enojada de su hermano, mas no podía distinguir bien por el lagrimeo en los ojos que le nublaba la vision.
- ¿Yo que? ¡Ella se metió a la cancha así nomás Diego!-
-¿Mati, puedes ver?- Reconoció también la voz de Omar el hermano de Selene, quien la sujetaba del hombro y apenas alcanzo a enfocar su rostro.-
-Ya puedo ver algo…- dijo.
- ¿Mat, estás bien?- ahora era la voz de Selene quien llegaba a su lado y le levantaba la cara-
-¡Uuuuy!- dijeron todos en coro cuando levanto su cara y los trato de distinguir, Matilde sintió como algo liquido salía de su nariz y le comenzaba escurrir. ¡Genial! bastante humillación tenía por el golpe de la pelota en la cara y su caída que imagino debió verse chistosa, ahora todos observarían como se le salían los mocos, pensó apenada.-
¿Alguien trae papel?- pregunto Omar- le esta saliendo sangre de la nariz- ¡Sangre! No mocos, sintió alivio al escuchar a Omar, sangre era mejor que mocos, ¿Qué estaba pensando? Sangre quería decir que el golpe era serio, ahora si estaba asustada.
- Yo tengo- Se escucho de pronto la voz de Mario Montero provocando que cerrara fuertemente los ojos, no quería que Selene se fuera a dar cuenta que al mirarlo a ella también le gustaba o tal vez sentía algo mas profundo- A ver ¿Matilde también te cayo tierra en los ojos? Ábrelos- pidió Mario, pero Matilde los cerro mas ¿Cómo podría afrontarlo a la cara?-
- Así estoy bien gracias…
- ¡Ábrelos Enana! Todavía que te metes a la brava en el partido y por tu descuido te damos un golpe tremendo con el balón, ahora te estas poniendo delicada. ¡Ábrelos!- Matilde no tuvo otro remedio que abrirlos y afrontar esto de una vez, tal vez si lo pensaba de forma optimista, Selene podría compartir su amor por Mario Montero como lo hizo con el dulce de café y hasta podrían fundar un fan club para el, juntas como siempre habían estado en 5 años. Pero una pregunta se atravesó destruyendo su optimismo ¿ella podría compartir su recién adquirido amor por Mario Montero? Abrió lentamente los ojos y afronto la mirada de los ojos claros de Mario. Una brisa fresca y amiga le susurro al oído. Otro shock más fuerte en el día, por alguna extraña razón el gallardo chico, el hermoso y varonil Romeo de la obra de teatro se convirtió de nuevo, en el guapo, soso e inocente de Mario Montero... no había rastro de aquel sentimiento que inspiro el día anterior.
- ¡ESTOY BIEN, MUY BIEN!- dijo eufórica se levanto de golpe e ignoro que pudieran ver el ridículo tapón de su nariz que le paraba la sangre o el mareo que le dio por levantarse tan pronto, pero que importaban esas mínimas molestias si el pesar se fue, giro y vio a su amiga a los ojos con sinceridad.
- ¡Segura!- pregunto dudosa Selene que aun la examinaba.
- Mejor que nunca- contesto radiante. Busco en su bolsa del pantalón, sacando uno de los dulces de café y se lo metió a la boca ya sin remordimiento, era tan bueno no sentirse como la peor amiga del mundo.
-Mario… Tu Romeo fue fantástico- le dijo Selene a Mario en voz baja para que su hermano no se diera cuenta mientras caminaban a la cafetería en busca de algo para comer.-
- Gracias Selene…- le dijo sonriendo, la sonrisa impacto a Selene que avergonzada camino torpemente, tropezándose con la banqueta. Matilde sintió las náuseas de costumbre ante aquel acercamiento de su amiga y el soso, pero se alegro de saber que no estaba repentinamente enamorada Mario, era ilógico pero su Romeo había sido tan convincente y tan atractivo, la pasión de sus palabras y el amor hacia Julieta, amarla tanto hasta quitarse la vida si ella no estaba junto a el, Matilde volvió a ponerse sonrojada y la taquicardia regreso. Una brisa amiga le revoloteo en su cabello y claramente pudo distinguir la voz y unas nuevas y conocidas palabras...
“Ah, aquí me entregaré a la eternidad y me sacudiré el yugo de las estrellas, enemigas de esta carne harta de mundo, oh! ojos, mirad por última vez, brazos, dad vuestro ultimo abrazo y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con legitimo beso una concesión sin miedo a la muerte rapaz.”** (** Fragmento de Romeo y Julieta de William Shakespeare)
Entonces lo entendió... no era Mario lo que hacia latir su corazón, era Romeo el que lo logro, el que hacia sentir aquello que era tan maravilloso... sonrió aliviada por su conclusión y después como es su costumbre la acción retardada de la cruda verdad le pego en la cara mas fuerte que el balón de futbol...
Romeo Montesco, logro lo que ningún muchacho vivo. ¡Eso es peor de lo que imaginaba! Ya que por lo menos Mario Montero existía con todo y lo soso que podría llegar a ser...
-¡Pero Romeo solo son letras…!-
Sintiendo como aquella angustia nacía y pesaba terriblemente haciendo difícil el caminar. Matilde Soto se dio cuenta de que había encontrado a su primer amor, nada mas y nada menos que en Romeo Montesco un personaje de la literatura clásica... que por supuesto profesaba amor por Julieta.
Era soportable pensar que tu amor estaba en otro país, pero pensar que tu amor esta impreso en letras…
Definitivamente Shakespeare estaba arruinado su vida, lo sabia, lo presintió desde que dejaron esa tarea y por eso es que el escritor Inglés no le agrado desde un principio...
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